sábado, 12 de maio de 2018

Aurea Mediocritas


Es curioso, a poco que puedas tener una conversación algo profunda, con un grupo de gente o una persona, cómo de pronto te das cuenta de la desorientación generalizada que existe, aunque esto como todo tiene grados, es decir, alguien puede ser más o menos feliz y seguir jodido con parte de su vida porque nada es ni será perfecto, y al revés, igual hay gente a la cual solamente le llena su trabajo y el resto... de todas formas siempre va a haber cosas que nos molesten, pero solamente dependerá de ti con quién quieras compartir tu tiempo, porque este al igual que es tu tiempo libre también lo es de las personas con quien estés, así que es tanto tuyo como de los demás, requiere un consentimiento mutuo.

Al final, si nosotros no somos perfectos cómo coño lo van a ser los demás?? Y además una amiga no es una hermana, de la misma manera que una novia no es una madre, o un novio un padre, no podemos utilizar a los demás para tapar carencias, o peor, pedir la luna a los demás si nosotros no estamos dispuestos a mover un dedo en la dirección contraria, y en parte creo que ese es el mayor problema que existe en las relaciones personales hoy en día, eso, y la inmadurez en general. No puedes construir una relación de la manera que sea en base a tapar huecos, solamente puedes construir una relación del tipo que sea desde la sinceridad, bueno eso si quieres conocer realmente a alguien, si estás en el trabajo a veces tienes que tragar sapos y culebras... Al fin y al cabo, la cuestión es no estar tan jodido como para abrirte a los demás por muchas leches que te de la vida, porque el tiempo quizás nos hace estar más a gusto con la soledad. Supongo que ese es el quid de la cuestión (para variar creo que he hecho otro post de pensamientos algo inconexos y palabras atropelladas).

Quizás tenía razón Horacio cuando decía aquello de;

Vivirás mejor, Licinio, si no te adentras siempre en alta mar 
ni, por miedo a las tormentas, 
te aproximas demasiado a la costa.

Los que prefieren la mediocridad dorada 
encontrarán abrigo y se hallarán a salvo 
del precario techo en ruinas y de la envidia de los salones.

Al pino muy alto el viento lo sacude más;
la torre elevada se derrumba con estruendo; 
el rayo alcanza las cumbres más altas de las montañas.

En los desastres, el carácter bien dispuesto espera, 
y en la bonanza se prepara para el cambio de suerte. 
Es natural que un inverno duro llegue y se vaya.

Sé valiente y alegre en la adversidad,
pero cuando el viento sopla demasiado favorable 
el sabio se apresta a recoger las velas.