venres, 15 de outubro de 2021


Ha muerto Paddy Moloney, el único de los miembros original de los Chieftains que permanecía vivo. Recuerdo que cuando Carlos Núñez sacó su primer disco fue cuando los conocí, dado que colaboraban en el disco y el propio Moloney se lo produjo, y para mí lo cierto es que A Irmandade das Estrelas es uno de mis discos favoritos de todos los tiempos (después de él Carlos Núñez no ha vuelto a hacer algo tan potente, en mi opinión). El tema era atrayente, porque en Galicia somos muy celtarras y cualquier tipo de conexión con Irlanda a nosotros nos toca la fibra; en tiempos recientes cuando Galicia se piensa en sí misma hay dos países que nos influyen, Portugal (por motivos obvios) e Irlanda, de hecho el himno gallego sin el famoso Libro de las Invasiones irlandés nunca habría existido. Quizás pocos extranjeros hayan hablado tanto de Galicia en el mundo anglosajón, y de hecho llegó a ganar un Grammy (de los de verda, no un Grammy latino, y tiene cinco más) con el disco "Santiago", inspirado por la música tradicional gallega. Pero fuera de este ámbito hay que decir que ha colaborado con gran parte de los más grandes de la música anglosajona (americana, irlandesa, y británica) y en bandas sonoras tan reconocibles como Barry Lyndon. Me atrevería a decir que después de U2 pocos grupos irlandeses han tenido tanta repercusión en el extranjero, y quizás dentro de Irlanda se les estime como mejores embajadores que Bono y compañía, y en mi opinión, su legado seguramente durará más tiempo por el valor que tiene.

Más allá de todo esto, recuerdo haber visto a The Chieftains dos veces, una en las fiestas de Ourense en el 99 y otra años después en Ortigueira (2004, quizás). Y tengo que decir que me lo pasé muy bien la primera vez, y en la segunda, pues... en Ortigueira, la verdad, la música mola, pero allí la gente andaba más por aquel entonces en cosas más recreativas. Ejem. 

Como se puede ver en la foto, su cara es muy irlandesa, si tuviese barba sería semejante a la de los duendes conocidos como leipreachán. En fin, qué la tierra le sea leve. 


martes, 12 de outubro de 2021

Don't see me only as I am but...

Hoy al abrir facebook (hacía siglos que no lo hacía) encontré una entrada en la que Camera Obscura ponía una foto de su teclista dado que hace justo seis años que se murió de cáncer. He sido muy fan de los primeros Camera Obscura, y la verdad es que la noticia me dio mucha pena. Lo gracioso es que aquello me cogió con una pequeña intoxicación alimentaria por culpa de una ensalada que solía hacer por aquel entonces (nunca más la he vuelto a hacer) y que estaba muy rica, probablemente por culpa a su vez de un aguacate inesperadamente jodido, de manera que conjugué la pena por la triste noticia con un malestar estomacal mío y de otra persona a la que se la preparé, que al ser más menuda sufrió en peor medida las consecuencias. En general uno no le prepara su mejor plato a alguien si no le gusta, así que sí, ese puente lo pasé con una chica de la que estaba hasta las trancas, y si no hubiese sido por aquello habría sido un puente perfecto, porque cuando comienza una historia así todo suele ser muy bonito. La cuestión es que ella estaba tan jodida que a posta perdí el vuelo para volver a Inglaterra para así poder cuidarla y en fin, para poder estar con ella un día más (es lo que tiene vivir en dos ciudades distintas); tampoco es que estuviese católico del todo pero podría haber forzado la máquina para ir al aeropuerto sin problemas. 

La relación fue muy intensa, pero como ya he escrito en otras ocasiones todo se acabó yendo a la mierda, por circunstancias, y ahí uno es consciente de que el querer intensamente no siempre es suficiente para que algo funcione. Me acuerdo que con el paso de los meses me llegó a decir algo así como "quédate con lo bueno que hay en mí"; es de las cosas más bonitas que haya escuchado pero a la vez también de las más desgarradoras, y eso que de su boca escuché en su momento otras en este último sentido, pero ya de forma iracunda, no con esa tranquilidad en la que ella misma era consciente del torbellino que poseía por dentro dadas las circunstancias de la vida. Tiempo después de que todo se acabara, me di cuenta escuchando una canción que me encanta, de The Innocence Mission, que algo parecido se dice al principio de Look for me as you go by; "don't see me only as I am but see me how I long to be", que sería algo como, "no me veas solo como soy sino también como anhelo ser". 

Es bastante curioso lo que una foto puede evocar, y cómo a pesar de ser consciente de lo que pasó hace ya tanto tiempo uno se acaba quedando principalmente con las cosas realmente buenas cuando han sucedido. En fin.


luns, 4 de outubro de 2021

La perfecta colaborasió

Creo que pocas colaboraciones me podían hacer más ilusión que el hecho de que Sharon Van Etten y Angel Olsen hiciesen una canción juntas, y eso que la versión original de la canción me parece una chusta sobreproducida, pero la acústica... ay!! Y poco más, que me ha hecho muy felisss :) 


xoves, 1 de xullo de 2021

Aquel día que el Celta perdió la Copa del Rey...

Uno ya va peinando alguna que otra cana (este año de golpe me han aparecido en la barba unas pocas agrupadas) y claro, de cuando en cuando te encuentras de sopetón con recordatorios de cosas que pasaron hace veinte años, concretamente de fechas importantes para ti. En este sentido, por aquel entonces terminé COU, o mejor dicho, suspendí COU y me tuve que ir interno a un instituto en Santiago en verano donde conocí a parte de los mejores piezas de toda Galicia para aprobar el curso y poder presentarme a la selectividad en septiembre, como así fue. Sea como fuere, lo cierto es que aquel verano a pesar de todo me lo pasé bien (llámame masoca), de hecho todavía sigo en contacto con algún elemento de aquella época. 

Por temas que no vienen a cuento tengo que tratar con gente que tiene esa edad hoy en día, y al hacerlo recuerdas cómo eras cuando estabas en su lugar al igual que el mucho tiempo que ha pasado desde aquel entonces, pero paradógicamente no parece que haya sido hace tanto. También es paradógico constatar que aunque me sigo considerando joven y puedo empatizar bastante con ellos, a veces también pienso ¿pero cómo pueden ser tan gilipollas?, sencillo, porque yo también lo era a su edad, y con un grado de empanamiento épico. De hecho puedo asegurar que la postadolescencia es una fase en la que todo es muy confuso, no sabes de nada y pretendes saberlo todo, pero también es cierto que empiezas a experimentar cosas que antes no sabías que existían y que descubres que hay otro mundo ahí fuera más allá del de tu entorno inmediato, sobre todo si te vas de casa. 

Sí, eres más intensito, y de hecho los flashes que provienen de esa época se rememoran con dicha intensidad en no pocas ocasiones. Recuerdo estar en la playa la noche de San Juan de aquel año, cerca de Pontevedra, y escuchar Pyramid Song de Radiohead por primera vez mientras estaba pillado observando la hoguera. Ahí empezó mi obsesión por Radiohead por aquel entonces, y esa todavía sigue siendo una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. En este sentido, si U2 fue mi grupo de adolescencia Radiohead lo fue de la universidad. Siempre hay momentos que sirven de punto de inflexión, supongo.

¿Y todo esta reflexión cutre-salchichera a qué se debe? A que el motivo al que aludía al principio del texto se debe a que se cumplen veinte años de la derrota del Celta en la Copa del Rey de 2001. Todavía recuerdo cómo una conocida me dijo cuando me vio sentado y tan cabizbajo en unas escaleras, "¡pero si solo es fútbol!"... No levanté la cabeza porque si las miradas pudiesen matar esa sería una de ellas. Hoy me lo tomaría de otra manera, pero con esa edad uno es muy intenso para según qué cosas, pero en fin, el tacto esa persona lo tenía donde yo me sé porque que mis amigos me llamaran Celtarra ya era significativo de lo que me importaba el Celta. 

Pues eso, queso, lo voy a dejar aquí porque no me quiero poner todavía más moñas haciendo de abuelo cebolleta, que como soy historiador ya de por sí tiendo a ser bastante nostálgico del pasado. 
  
 

domingo, 9 de maio de 2021

La tranquilidad: los hombres también rechazamos.

Es ciertamente paradógico que cuando buscas en google cómo aceptan las mujeres el rechazo masculino el resultado de la búsqueda, simplemente, no existe, y por el contrario te redirige a hombres frustrados por haber recibido calabazas. Este hecho no es extraño si tenemos en cuenta que las relaciones/líos se rigen en gran medida por la propia ley de la oferta y la demanda; hay mucha demanda masculina pero poca oferta (es decir, alguien con quien encajes; de lo contrario no se valoraría terner una relación), porque las mujeres tienen donde elegir, mientras que los hombres no tanto, salvo unos pocos. Por otra parte, las quejas más comunes que escucho entre las mujeres son del tipo; "los que valen la pena tienen novia o están casados". Sea como fuere, esa ventaja que tienen la mayoría de las mujeres hace que el no por lo general les cueste más aceptarlo (y más si además no están mal) porque son las que tienen la sartén por el mango (ejem, nunca mejor dicho...), y creo que si se piensa fríamente tiene bastante sentido este hecho.

En mi adolescencia me he sentido bastante incomprendido, podría decir que más que en la media del adolescente medio, siendo probablemente ese motivo el que motivase que empezase más tarde a estar con chicas (un pelín, quizás). Era alguien sin mucha malicia y extremadamente empanado, y bastante tenía con mis inseguridades como para pensar en salir con nadie, la verdad (aunque uno tenía ojos). Cuando empecé a salir en serio, la primera vez, fue casi sin darme cuenta, y a pesar de las cosas malas que pasaron, por otra parte, el hecho de importarle tanto a alguien hace que ganes algo de autoestima (por fortuna o por desgracia he sido un poco el chico valium para chicas nerviosas, no falla, son a las que atraigo; ya lo he asumido). Nunca he querido ser un pesado (y cuando lo he sido me he disculpado y me he apartado), y en general cuando he salido con alguien ha sido todo de una forma bastante casual, aunque si considero que la persona merece la pena allá voy con todas las consecuencias. Por otra parte, con el tiempo, con la edad, voy teniendo más ganas de apartarme del mundanal ruido, así que creo que en gran parte he aceptado de buen grado que seguramente me voy a quedar así, y lo prefiero, aunque no me cierro totalmente. Qué sea lo que dios quiera, pero no me voy a lamentar por estar solo si es lo mejor que me pueda pasar.

He tenido relaciones serias y líos de semanas o meses, pero estos últimos no los suelo tener dado que cuando supero una ruptura si no veo nada que me motive prefiero estar a mi bola. Es decir, cuando has querido mucho a alguien y la cosa se jode se pasa francamente mal, y si aún por encima la otra persona se comporta como una impresentable, peor. Yo he tenido una ruptura de ese palo, otra no tan bronca (con respecto a la anterior) con incluso tanteos a posteriori, y otra en la que los dos comprendimos que el asunto no daba más de sí y por tanto de buena forma decidimos acabar con aquello. En todos los casos, a pesar de la tristeza, acepté que todo se había jodido (además, excepto en un caso, en los otros les desee lo mejor, y no de manera falsa, sino de corazón, consciente de la situación). En algunas ocasiones me dejaron, en otros fue de mutuo acuerdo, pero siempre he aceptado la realidad después de un tiempo prudencial, dado que es mejor estar con quien quiera estar contigo que con alguien que no le apetezca (no merece la pena estar con una persona que no desee compartir su tiempo contigo), por muy buenas que hayan sido las formas. 

Es decir, hablando mal, que me encoño poco, aunque cuando lo hago, lo hago bastante. Por tanto, prefiero muchas veces la soledad, la tranquilidad, aunque no una radical en la que no tenga relación con nadie. Ahora mismo, por ejemplo, tengo una buena relación con los compañeros de trabajo, y quedar a tomar cañas los viernes para mí es una liberación, pero cuando llega el finde valoro estar tranquilo sin que nadie me moleste (bueno, aunque últimamente me acompaña la puta alergia). Pero siempre que llega un período en el cual las cosas me salen bien y estoy tranquilo, aparece una chica a la que le debe intrigar que no tenga necesidad de tirarle fichas a nadie. Y esa es la situación que tengo hoy en día; es decir, hay una chica en el trabajo que ya me tira fichas indisimuladamente, y tampoco es que esté mal, pero sé de sobra que con su manera de ser (está medio pirada, la verdad) la cosa acabaría como el rosario de la aurora, porque uno con el tiempo ya conoce el percal, por experiencia propia; por tanto, lo último que quiero es un pollo con alguien que no sabe muy bien lo que quiere... qué le voy hacer, mi intuición me dice que me aleje a todo trapo, y en este tipo de situaciones me fío mucho de ese sexto sentido. 

Por si fuera poco, el tema ya ha pasado de castaño a castaño oscuro, puesto que ahora no para de llamarme rancio entre jijijaja porque no me quiero liar con ella, y la chica empieza a ser pelín estresante. Es decir, no doy falsas esperanzas ni mensajes ambiguos por mi parte como sí he hecho alguna vez sin darme cuenta en otros casos (mea culpa), pero da igual, se conoce que si no eres desagradable la gente no se da por enterada.  Hasta este momento me lo decía muy de cuando en cuando (y como me lo decía a mí, pues bueno, por un oído me entraba y por otro me salía) pero el otro día  lo hizo en una terraza ante más gente del curro, a saco... Al volverme para casa no pensé mucho en el tema, pero me dije, joder, esta ya va con todo. Para rematar la jugada, me manda un whatsapp pidiéndome perdón y que lo que buscaba era una reacción por mi parte... Madre mía, y todo porque esta chica quedó obsesionada de un vigués y claro (resulta que yo también soy gallego), que tiene decidido que acabará saliendo con un gallego y que yo casualmente pasaba por allí... 

No es que quiera ser Chris McCandless y apartarme de todo de forma radical para vivir como un eremita, pero las relaciones humanas son tan complejas, que muchas veces prefiero el tedio de la soledad a tener que comulgar con ruedas de molino, y a eso hay que sumarle que cada uno también tiene sus defectos (no quiero caer en la simplicidad adolescente que esquematiza todo en base a decir que el mundo está contra mí) que no es precisamente perfecto, y que también la puede cagar. La virtud está en el medio, pero no siempre es fácil llegar a ella. Además, viendo lo que ha pasado este sábado con el estado de alarma uno desea que llegue un meteorito de una puñetera vez...