mércores, 16 de febreiro de 2011

Todavía existen prejuicios sobre el gallego... dentro de Galicia

En fin, una choni coruñesa ha sacado toda su batería de complejos a relucir. Mientras muchos rebuznan con una desfachatez increíble que tiene razón... Qué pena me da Galicia, después nos quejamos de que las cosas nos salgan mal, pero si somos los primeros que no apreciamos lo nuestro y tiramos piedras contra nuestro propio tejado ¿Qué se puede esperar?



Iba a hacer un discuros todo cabreado contra esta energúmena, a la cuál su padre pide que la sociedad gallega perdone. Pero en fin, hoy en la sección de opinion de La Voz de Galicia he encontrado unas palabras que me han confortado, y además dice verdades como puños:

Gran Hermana:

El gallego. No lo habla casi nadie en Galicia. Bueno, sí, los nacionalistas. También los de aldea, los pailanes. En Lugo, para más inri, les sale ese acento bruto, feo. Si es que apenas se les entiende.

Un blog de La Voz difundía afirmaciones de este estilo, realizadas por una concursante gallega de Gran Hermano. Podría parecer una anécdota. Pero es un síntoma de un sentimiento fraguado durante años en esta punta Noroeste. El de la negación. El del desprecio por el gallego y por lo rural.

Renunciar a un idioma teniéndolo al alcance de la mano, ya sea gallego, castellano o japonés, es como atravesar la Capilla Sixtina sin levantar la vista. Ceguera cultural y miopía de oportunidades. Tampoco es elogiable esa costumbre de hurtarles el gallego a sus propios hablantes, otorgándole dignidad únicamente a esa variante xunteira, allí donde no caben el seseo y la gheada, donde campan palabras como fincapé, donde la fonética brilla por su ausencia y donde los pronombres se lanzan al azar. Pero algunos prefieren el idioma del «cho digo eu», más fino para los oídos y distinguido para las orejas.

Despreciar lo rural por sistema es otro deporte popular entre algunos presuntos urbanitas. Curioso, cuando una gran mayoría de la población gallega encuentra sus raíces en el campo sin necesidad de desenterrar muchas generaciones.

Quizás algún día Galicia pueda reconciliarse consigo misma. Pero, de momento, sigue viniendo a cuento Castelao. En una de sus ilustraciones conversan dos distinguidas damas. «Ese muchacho dicen que sabe muchísimo», dice una. Y la otra responde: «Sí, pero tiene un acento tan gallego...».


MaríaLuz Ferreiro. La Voz de Galicia 16 de Febrero de 2011.

Personalmente pienso que los que piensan como esta tía son unos gallegos acomplejados.

5 comentarios:

ninadexangai dixo...

No puedo estar más de acuerdo con esta entrada. Yo he estudiado además este tipo de prejuicios lingüísticos en clase de sociolingüística y la tía esta es un ejemplo de manual.
Además te entiendo porque en Ibiza pasa lo mismo con el catalán o ibicenco (que es nuestro dialecto). Mi lengua materna es el catalán y estoy harta de ir a algunos sitios y que me digan que hablar ibicenco es de "payeses" y lo peor es que muchos de quienes dicen cosas así también lo hablan, eso sí, en casita y con la familia, no vaya a ser que en la calle alguien los escuche hablando una lengua de tan poca categoría. Menudos palurdos.

Monja Indignada dixo...

No merece la pena indignarse por esto. Es sólo una pija bastante tonta que cataloga lo aceptable o no del idioma basándose en lo estéticamente agradable que le resulte el acento, y en base a esa aceptación juzga si quien lo habla es listo (fino) o tonto (bruto). Ella da por hecho que los que hablan bruto son unos ignorantes, y eso es lo que a mí me resulta flipante: que se arrogue la autoridad moral necesaria para juzgar la inteligencia de alguien que no conoce basándose en su forma de hablar. Aunque algunas de las cosas que dice son ciertas, mal que nos pese a los gallegos.

NaoBerlin dixo...

Joder, pues yo que pensaba que en baleares el catalán estaba bien considerado. Pues sí, la gente lo único que sabe es tirar piedras contra su propia cultura. Me viene a la memoria un libro que me estoy leyendo que queda que ni pintado a esta situación, La Conjura de los Necios...

Monja, yo me remito al artículo que he puesto de la voz de galicia, por una vez en mucho tiempo coincido con ellos, y a la anécdota de Castelao. Definitivamente los gallegos somos gilipollas.

Anónimo dixo...

Con los gallegos que no se meta ni Dios, CARALLOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

NaoBerlin dixo...

Coño Menda, me alegra saber que sigues con vida xD

El problema ya no es que se metan con nosotros, es que hay palurdos de entre nosotros que tiran piedras contra nuestro propio tejado... en fin, esperpéntico pero real.